miércoles, 20 de mayo de 2015

CHARLES Y RAY EAMES

Se complementaban a la perfección: él, más técnico y pragmático; ella, con una honda visión artística. Juntos, este matrimonio de diseñadores norteamericanos formó uno de los tándems creativos más fructíferos e influyentes del siglo XX.

Hay encuentros que son clave para la historia y el de los Eames ha marcado como pocos la evolución del diseño moderno. Charles Eames (1907-1978) y Bernice Alexandra –Ray– Kaiser (1912-1988) se conocieron en 1940 en Cranbrook, una innovadora academia de arte en Michigan –por la que pasarán también otras figuras como Harry Bertoia o Eero Saarinen– donde él enseñaba arquitectura y ella asistía como alumna tras haber estudiado pintura con Hans Hofmann. Un año después estaban casados y ponían rumbo a Los Ángeles para montar su propio estudio.  
PIONEROS. Charles y Ray son autores de muchas piezas míticas. Su visión social y humanista del diseño creó escuela. Desde el principio, sacaron partido a los avances que se estaban produciendo en el tratamiento de la madera, el plástico y los metales –algo que Charles ya había hecho junto a Saarinen en una serie de sillas de contrachapado con las que ganaron un concurso del MoMA– con un objetivo claro: conseguir un mobiliario de calidad mediante una producción eficiente que lo hiciera accesible: «lo mejor para la mayoría por menos». Sus novedosas piezas eran una perfecta combinación de precisión técnica y una forma orgánica que huía de la austeridad y angulosidad del movimiento moderno. Clásicos son los asientos de madera moldeada que se adaptan ergonómicamente al cuerpo -una técnica que aplicaron en sus trabajos para el ejército–; las sillas con carcasa de fibra de vidrio en una sola pieza, que se convirtieron en los primeros modelos de plástico fabricados en serie; el mobiliario de aluminio que crearon para oficinas y aeropuertos y que transformó el aspecto de estos espacios... Las sillas concentraron el grueso de su producción, pero de la Eames Office salieron también mesas, biombos, armarios, juguetes, telas...
POLIFACÉTICOS. Desarrollaron importantes proyectos arquitectónicos. Uno de los más relevantes, su propia casa. Construida con componentes industriales, formaba parte de un programa de viviendas prefabricadas de gran audacia formal. Además, el matrimonio sentía fascinación por todas las artes visuales, lo que les llevó a montar exposiciones, rodar películas, hacer presentaciones multimedia...
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Este matrimonio era unos verdaderos diseñadores, se complementaban el uno al otro y se desenvolvían en cualquier área del diseño perfectamente, siempre sobresaliendo y destacándose en cualquier exposición o al ver sus trabajos. Me llama la atención de desde construir su casa a diseñar su propia ropa. Su mobiliario que ha sido lo mas relevante a llegado a trascender tanto que al día de hoy VITRA la empresa a la que empezó en 1957 todavía siga produciendo sus diseños con la mismos valores con los que ellos las crearon  
Mª Andrea Echeverria 

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