
Influidos por las ideas reformistas de John Ruskin (1819-1900) y William Morris, los diseñadores del Jugendstil, como Hermann Obrist, Richard Riemerschmid y August Endell, tenían unos objetivos más idealistas que sus contemporáneos europeos ligados al estilo Art Nouveau. No sólo pretendían reformar el arte sino también recuperar un estilo de vida más sencillo y menos condicionado por los imperativos comerciales. Compartían el optimismo de la juventud y un gran respeto por la naturaleza que trasladaron a toda su obra.
Al igual que sus contemporáneos de Bruselas y París, los diseñadores del Jugendstil se inspiraban en el funcionamiento del mundo natural que revelaban los avances en investigación científica y tecnológica. Las formas orgánicas y los motivos vegetales manieristas empleados por August Endell y Hermann Obrist, por ejemplo, estaban directamente influenciados por los estudios fotográficos de estructuras vegetales de Karl Blossfeldt (1865-1932), que reflejaban un patrón de crecimiento helicoidal, y por los dibujos botánicos de Ernst Haeckel (1834-1919). Estos detallados estudios ayudaron a comprender mejor la naturaleza, lo que permitió a los diseñadores del Jugendstil dotar a su obra de un gran sentido del dinamismo y de un fuerte desarrollo orgánico.
En Alemania, este nuevo estilo se oponía a la política artística oficial del Imperio promovida desde Berlín, y muchas regiones con la ambición de expresar su sentimiento de autonomía cultural, como Dresde, Munich, Darmstadt, Weimar y Hagen, adoptaron con entusiasmo el Jugendstil. Si este deseo de independencia artística fue un tema recurrente en las nuevas escuelas de Art Nouveau de otras ciudades europeas como Bruselas, Nancy, o incluso Glasgow, quizá fuera más evidente en Alemania.
DESARROLLO
Los diseñadores del Jugendstil estuvieron más cerca que sus contemporáneos asociados al Art Nouveau de salvar la distancia existente entre la “manufacturación artística” y la producción industrial. Se crearon numerosos talleres para producir sus diseños reformados, entre los que cabe destacar los Vereinigte Werkstätten für Kunst im Handwerk (Talleres Unidos para Artistas Artesanos) en 1897 y los Dresdener Werkstätten für Handwerkskunst (Talleres de Dresde para Artistas Artesanos) en 1898. Estas empresas se crearon con la intención de producir artículos para el hogar usando métodos éticos de fabricación. Los objetos creados en Dresde no estaban tan elaborados y, por lo tanto, eran más baratos que los fabricados en Munich, pero seguían estando fuera del alcance del bolsillo de la familia media.
Richard Riemerschmid, jefe de diseño del taller de Dresde, adoptó un estilo simple y

Los Vereinigte Werkstätten für Kunst im Handwerk, fundados en Munich por Bruno Paul entre otros, también desempeñaron un papel importante a la hora de promover el Jugendstil. Bruno Paul diseñó audaces caricaturas y gráficos para el diario Simplicissimus, que, como la revista Jugend o Pan, popularizó la nueva estética.
El estilo lineal de Bruno Paul también fue empleado por el diseñador de Munich Bernhard Pankok, cuya Casa Lange en Tubinga (1902) estaba concebida como Gesamtkunstwerk (1). Es edificio estaba inspirado en el tradicionalismo, como también lo estaban los interiore

En Weimar, la promoción del Jugendstil estuvo de igual forma impulsada por el orgullo cívico y por la necesidad económica a la vez, y también contó con un mecenazgo ducal. En 1860, el gran duque Karl Alexander de Sajonia-Weimar financió con capital privado la fundación de una Escuela de Arte en Weimar. En 1901 lo sustituyó su nieto, a quien el conde Harry Kessler persuadió para nombrar al arquitecto y diseñador belga Henry van de Velde consejero artístico de su corte. El convencimiento de que una buena educación artística mejoraría la economía local fue la razón por la que Van de Velde recibió el encargo de diseñar o proyectar la Weimar Kunstgewerbeschule (Escuela de Artes Aplicadas de Weimar) en 1904. El propio Van de Velde dirigió la institución hasta 1914 (también Werkbund Institut) y, durante ese período, diseñó numerosos objetos de plata y cerámicas Jugendstil, que destacaban por su sencillez formal.

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