5/27/2014
EL MODERNISMO: UN ESTILO NUEVO PARA UN TIEMPO NUEVO.
Vestíbulo y escalera de la casa Tassel (Bruselas). Construida por Victor Horta en 1892-1893.
MODERNISMO, ART NOUVEAU, MODERN STYLE:
UN ARTE MODERNO PARA UN MUNDO MODERNO.
La arquitectura del s. XIX se había movido dentro de una profunda contradicción: todo el mundo sentía la necesidad de encontrar un lenguaje arquitectónico propio y específico que respondiera a su época, pero como el sistema de construcción que mejor se adaptaba al signo de los tiempos - el de los ingenieros - no se consideraba verdadera arquitectura, los arquitectos recurrieron a los diferentes estilos del pasado, y por todas partes se levantaron edificios neogriegos, neorrenacentistas y, sobre todo, neogóticos, sin que nadie pareciera poder encontrar una salida a aquella situación de agotamiento.
Y es en este contexto donde hay que situar la aparición del Modernismo como un intento de encontrar un estilo moderno, adecuado a un tiempo que esperaba el nuevo siglo con entusiasmo, que estuviera completamente desvinculado del pasado y que se basara en la utilización de los nuevos materiales. Un estilo que no sólo fue internacional (en toda Europa surgieron movimientos con un nombre muy parecido: Modernismo en España, Art Nouveau en Francia, Modern Style en Gran Bretaña, Jugendstil en Alemania, Sezessionsstil en Austria…), sino que prendió con fuerza en todos los ámbitos del arte y del diseño para crear un auténtico entorno decorativo, controlado por el arquitecto, capaz de aplicarse a todos los aspectos de la vida urbana: desde las casas a las estaciones del metro, de los muebles a la decoración de interiores, incluyendo los vestidos de sus propietarios.
La fealdad de sus diseños, la monotonía de los productos en serie, el miedo a la alienación provocaron en Gran Bretaña, el país donde la industrialización estaba más avanzada, un movimiento encabezado por William Morris (1834-1896) que pretendía recuperar la calidad del diseño y de la producción artesanal y del que el Modernismo será su heredero directo. Sus primeras manifestaciones se produjeron en las obras de un arquitecto belga, Victor Horta (1861-1947), que en la Casa Tassel (1892), planteó un nuevo concepto de la arquitectura basado en una utilización racionalista del hierro, que no impide darle un refinado tratamiento expresivo y decorativo a base de curvas y ritmos lineales muy refinados que dan a las columnas, vigas y barandillas un aspecto floral.
Desde Bélgica, y gracias a la rápida difusión que permitían las revistas ilustradas, se extendió de inmediato por toda Europa, encontrando en Cataluña uno de sus focos más importantes, gracias al entusiástico apoyo que le prestó la burguesía industrial. Y fue allí, además, donde trabajó uno de los arquitectos modernistas más importantes y originales del movimiento modernista, Antonio Gaudí (1852-1926), cuya arquitectura, sumamente plástica, casi como si se tratara de esculturas, parece hecha a base de formas naturales. Gaudí realizaba, además, la decoración interior de los edificios que construía, buscando esa coherencia interna típica del movimiento modernista. Destacan, a su vez, otros arquitectos como Domènech i Montaner, y Puig i Cadafalch. Pero en Barcelona el modernismo llegó a todas las artes, creándose un verdadero ambiente cultural en el que destacaron pintores como Santiago Rusiñol, Ramón Casas, Isidre Nonell, etc.
Este nuevo estilo afectó, básicamente, a la arquitectura y las artes decorativas, pero influyó en todas las demás. Su teoría se difundió a través de las publicaciones ilustradas, conferencias, exposiciones, etc., que también sirvieron para dar a conocer los progresos técnicos. Así se sentaron las bases para la creación de este estilo con características unitarias a pesar de los elementos locales que se incorporaron en cada país. También se le conoce como Estilo 1900, y se puede definir como una búsqueda para dar el máximo valor ornamental a la línea curva, bien de origen floral (Bélgica, Francia, España) o geométrico (Inglaterra, Escocia, Alemania). Nace como reacción contra el academicismo y el eclecticismo del siglo XIX, inspirándose directamente en la naturaleza. Sus raíces inmediatas deben buscarse en la pintura simbolista.
El modernismo tendía a la unidad arquitectónica entre interior y exterior, y a una coherencia entre estilo y estructura, decoración y ornamentación. En las artes decorativas se quería ofrecer calidad, en contra de la vulgaridad de los productos comerciales que ofrecía la producción industrial masiva. En este punto continuaron elmovimiento inglés Arts & Crafts (interesado Por la funcionalidad del espacio interior y por el diseño de los detalles que hacen más agradable la vida de los moradores), impulsado por W. Morris. En el continente no se iba contra la producción en serie, sino que se intentó coaligar arte e industria para poder ofrecer productos bellos que estuvieran al alcance de todo el mundo aunque en realidad se diseñaron objetos que se fabricaban con técnicas artesanales y materiales caros, que resultaban inaccesibles para la mayoría de la población, pero muy apropiados para la rica burguesía industrial o financiera.
En la arquitectura se buscará la flexibilidad de la línea y su sinuosidad con fines decorativos; el uso de materiales coloreados y de la piedra moldurada; y la utilización de rejas, balcones y soportes de hierro forjado. Los nuevos materiales proporcionaban al arquitecto una absoluta libertad creativa. El arquitecto asume no sólo la parte estructural o constructiva, sino también la parte ornamental y mobiliaria (objetos de uso), convirtiéndose así en diseñador.
Los interiores modernistas
Diseñados como una superficie de líneas sinuosas y sensuales, concretan la tendencia naturalista y ondulante del Art Nouveau. Son conjuntos armónicos creados con libertad y fantasía. Se busca el placer que proporciona la integración de la belleza y el bienestar. La naturaleza es trasplantada al interior, dotándolo de flexibilidad, inestabilidad y ligereza.
Se utilizan diversos materiales: hierro, mosaico, madera…Las líneas sinuosas se prolongan por las paredes y los suelos, en una especie de metáfora vegetal. La obra es tratada como un conjunto orgánico, extraído de las formas de la naturaleza; la utilización de elementos florales con fines decorativos crea un ambiente elegante.
Los principales centros de producción artística modernista se sitúan en Francia, Bélgica, Alemania y Austria. Destacan autores como Victor Hora, el pionero; h. Van de Velde y Otto Wagner, en Viena.
http://tom-historiadelarte.blogspot.com.es/2007/05/el-modernismo-un-estilo-nuevo-para-un.html
La simbología de la luz en la obra de Gaudí
24/02/2015
El año 2015 ha sido declarado por la UNESCO como el Año Internacional de la Luz y las Tecnologías basadas en la Luz.
Si en pintura la luz y la sombra son claves para la creación de una atmósfera y sobre todo para dar volumen, analizando las obras constructivas de Gaudí vemos que la luz fue una de las grandes preocupaciones del genio de Reus. Y a pesar de encontrarse a principios del siglo XX y de no contar con grandes avances tecnológicos al respecto, Gaudí supo ingeniárselas para dotar a sus edificios de una gran luminosidad a través de los materiales, los volúmenes y los colores.
Para el arquitecto la luz perfecta era la luz mediterránea, llegando a afirmar: “La luz que alcanza la máxima armonía es la inclinada a 45º, la cual no incide sobre los cuerpos ni perpendicularmente ni horizontalmente; esta luz, que es la luz media, da la más perfecta visión de los cuerpos y la más matizada valoración. Esta luz es la mediterránea”. Y es que aunque en un primer momento las obras de Gaudí fueron juzgadas por sus extravagantes formas, lo que Gaudí estaba haciendo era arquitecturizar la naturaleza. Para él, el medio natural era la máxima fuente de inspiración y de enseñanza ya que era de donde obtenía las formas más racionales y duraderas. Un ejemplo lo tenemos en la fachada de la Casa Milà, ondulosa y llena de recovecos incomprendidos que dejan que la luz los defina. Una luz que hace dudar al espectador, ¿nos encontramos ante una obra arquitectónica o una obra escultórica? Realmente es una fusión como expone el propio arquitecto: “La arquitectura es la ordenación de la luz; la escultura es el juego de la luz”.
Y es que aunque es de sobra conocido el carácter improvisador de Gaudí, también es cierto que una de las características que no dejaba al azar era la funcionalidad y sobre todo, la luz en sus obras. A pesar de que en un principio algunas formas puedan parecer decorativas, todas responden a finalidades estructurales y básicas, sin olvidar los preceptos decorativos del modernismo, resultando así obras “con luz propia”. Una luz que puede aludir a la naturaleza o a lo divino, o de manera conjunta como se observa en la Cripta de la Colonia Güell, donde la luz es expresión divina a la vez que evoca a la luz natural que aparece entre las sombras de los árboles de un bosque. Otro ejemplo de esta luz divina se observa en la Sagrada Familia que, aunque inacabada, transporta al visitante a un ambiente espiritual gracias a la disposición de las fuentes de luz y el cromatismo de las vidrieras, muy alejado de las vidrieras de época gótica. A pesar de tratarse igualmente de un edificio religioso, nos encontramos con una disposición de vidrieras por gamas cromáticas afines, sin figuras humanas o alusión directa a símbolos religiosos, para Gaudí “el sol es el mejor pintor y la luz cambia según la hora” siendo el resultado una gran sinfonía de color y de luz que va cambiando a lo largo del día.
Pero sin duda, es en la Casa Batlló dónde podemos encontrar la máxima explosión de luz y creatividad; y ello, es gracias a la libertad de creación que Josep Batlló dio a Antoni Gaudí. Desde la fachada a los patios interiores y desde la planta noble al desván, en Casa Batlló, todos los espacios están pensados para obtener una iluminación uniforme y proporcional la mayor parte del día.
Comenzando por la fachada exterior, su forma ondulada y llena de color se aleja de la idea de fachada pesada, al mismo tiempo que da una sensación de ligereza que se refuerza por el resplandor que produce cuando el sol incide sobre los fragmentos de cerámica vidriada. Es sin duda, un resplandor singular que cambia según la intensidad del sol y el tipo de luz, natural por el día y eléctrica por la noche.
El tratamiento de las formas y del color, para obtener la máxima efectividad de luz, alcanzan su máxima expresión en el doble patio de luces que contiene la escalera y el ascensor. En estos patios, los muros se revisten con piezas de cerámica vidriada –algunas lisas y otras en volumen- en diferentes tonalidades de azul y donde las de mayor oscuridad se sitúan en la parte superior y las de color claro en los pisos inferiores. Mediante esta disposición cromática de los azulejos y gracias a la creación de ventanales de diferente tamaño, Antoni Gaudí consiguió que todas las plantas de la casa tengan una luz homogénea; permitió que el espectador que se sitúa en la parte inferior del patio perciba un color azul uniforme de tono intermedio al mirar hacia arriba, y creo una atmósfera única que te traslada al fondo del mar. Asimismo, consiguió evitar la sensación de pozo cuando se mira hacia abajo desde la planta superior.
Observamos por tanto una genial solución de Gaudí para el reparto de la luz cenital a través del cromatismo y los volúmenes. Una luz que además penetra hasta el sótano a través de lucernarios y pequeñas claraboyas. Fue en esa búsqueda de fuentes de luz, cuando al reformar la planta noble Gaudí tuvo claro que quería aprovechar la luz de los tres lugares disponibles, por un lado la luz que procede del Paseo de Gracia a través de una gran tribuna abierta a la calle, por otro lado la luz del patio trasero, y, por último, la luz cenital a través de ventanas y aberturas en el patio de luces. Es en esta planta del edificio donde el arquitecto investigó con mayor intensidad la idea de planta libre que desarrollaría plenamente en la Casa Milà. Esta concepción permitió sustituir los muros de carga del edificio original por columnas y jácenas, creando muros-cortina con el mínimo de carpintería y con el objetivo de permitir el paso del máximo de luz posible a través de las vidrieras y consiguió inventar la ventana continua del Salón de la Planta Noble que permitía abrirse al exterior sin ningún tipo de interrupción. Para evitar un posible exceso de luz solar, aportó calidez situando en la parte alta del ventanal unas vidrieras emplomadas con diferentes variantes de azul y que suavizan la luz diurna. Cabe destacar que este recurso de incorporar vidrieras, lo repitió en diferentes puertas interiores permitiendo de este modo que las estancias que no daban directamente a una fuente de luz también la recibieran desde alguna de las tres fuentes.
Otro espacio también destacado por el uso de la luz en este edificio es el desván y los pasillos que lo rodean, donde Gaudí se alejó del cromatismo utilizado en la fachada y los patios interiores y abogó por un único color: el blanco. Esta solución se aplicó con el objetivo de aprovechar al máximo la luz solar procedente de las aberturas de ventilación y dotó así a este espacio de toda la luz natural posible, una luz tamizada y suave, cuyo efecto se ve reforzado por la angulosidad de los tabiques enyesados y la ausencia de aristas.
Aparte de estos tres destacados espacios de la Casa, vemos como cualquier estancia de la casa presenta lucernarios de mayor o menor tamaño que permite que todos dispongan de luz natural. Son así la luz y el color los elementos intangibles clave en esta obra maestra de la arquitectura de principios del siglo XX.
En definitiva, cada edificio de Gaudí planteó innovadoras soluciones para aprovechar la luz solar, desde la cúpula con perforaciones circulares del Palau Güell hasta los arcos parabólicos enyesados de los pasillos del Colegio de las Teresianas, gracias a la disposición de los materiales, el estudio de las fuentes de luz natural y las tonalidades cromáticas Gaudí consiguió que cada obra brillase con luz propia.
http://www.casabatllo.es/novedades/la-simbologia-de-la-luz-en-la-obra-de-gaudi/
Post clase 2 – Art Nouveau/ Modernismo
"El gran libro siempre abierto y que hay que hacer el esfuerzo de leer es el de la Naturaleza".
"Para hacer las cosas bien es necesario: primero, el amor; segundo, la técnica".
-Antonio Gaudí
Comentario:
Sin Duda es Antonio Gaudí, mi personaje favorito y mas influyente de la época. El Arquitecto catalán es uno de los máximos exponentes del modernismo (art nouveau). Movimiento que yo llamaría expresionista, pues deja de lado las líneas rectas, y geometría puras cobrando vida las curvas y ornamentadas, que expresan un sentimiento de libertad y euforia. Surge al romper con la búsqueda de un lenguaje propio, que se pudiera realizar con el sistema de construcción de la época, que llevaba a los arquitectos a recurrir a estilos del pasado. Y es así como Aparece entonces el modernismo con la utilización de nuevos materiales, y la liberación de estilos del pasado.
Gaudí es el representante perfecto y mas fiel al modernismo pues sus ideas no eran una repetición de lo que se había hecho hasta el momento ni dejarían a nadie indiferente. Cuando en 1878 culminó sus estudios en la Escuela de Arquitectura, el director, Elies Rogent, declaraba: “No sé si hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá.” Consideraba la naturaleza su gran maestra y transmisora del conocimiento mas elevado por ser la obra suprema del creador, y es por eso que se dedico a contemplarla, admirarla y observarla, encontrando en ella los secretos mas preciados para su inspiración. Y fue así como percibió el sentido y la esencia de la arquitectura en seguir los mismos patrones presentes en la naturaleza, respetando siempre sus leyes. Por lo que en sus obras vemos la constante aparición de líneas ornamentadas y elementos que hacen referencia o ilusión a los patrones de esta. A pesar de esto consideraba que no consistía en copiar la naturaleza en su arquitectura sino seguir su curso, y es por esto que Gaudí afirmaba: “La originalidad consiste en volver al origen.”
Encuentro cada una de las piezas de su obra muy valiosas pues es como si cada una tuviera su propia esencia, desde el color hasta su forma, cada ves que detallas mas su obra encontraras un porque, y la búsqueda de la comodidad que nos lleva a un origen o idea original. Por tanto hay mucho que aprender de sus detalles. Cada obra te lleva a leer una historia dentro de la fantasía en la realidad.
María Camila Hincapie
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